Todo comenzó el viernes en la mañana cuando “Bigotes” me despertó con una llamada a mi celular. Quedamos de vernos en el Toks de angelópolis (¡uy qué fresas!) para tener un desayuno “de señoras”. Efectivamente, casi todos los viernes mi mamá y dos tías asisten a dicho lugar a desayunar.
Llegué un poquito tarde, previamente pidiendo a “Bigotes” que me esperara. Ahí estaba, sentado frente a su powerbook y una taza de chocolate terminada. No tardó en aparecer la mesera a tomar nuestra orden.
Entre un rico desayuno fluyó la plática muy amena e interesante. Todo versaba sobre nuestros planes presentes y futuros como guionistas cinematográficos (¡uórales!). La verdad es que me alegró mucho verlo después de tres meses de aquella reunión en casa de A. Blu, donde celebramos nuestro premio del taller infantil.
Muy amable me invitó a la premiere de Nikté, la nueva película de Ricardo Arnaiz, que sería al día siguiente en el auditorio del complejo Cultural de la BUAP. Cuando estábamos por irnos, nos topamos con mi mamá y mis tías. Sí, esas señoras que le comenté que casi siempre acostumbran a desayunar ahí. A lo cual, “Bigotes”, sorprendido, me comentó: ”¡Órale, se cumplió!” Después de las presentaciones de cortesía, nos despedimos sin antes presumirles al amigo tan talentoso que tengo.
En la noche, ya me encontraba en la casa de mi buena amiga G., en la Isla Tortuga. La fiesta ya estaba en pleno apogeo, en la entrada me recibió V. , muy simpático y amable. Entre tragos y música, la diversión fluyó por varias horas y realmente fue contagiosa. Pronto, ya me encontraba platicando, bailando y cantando entre la animada concurrencia. Uno de ellos fue L. C., uno de los ganadores del taller de terror, V., con quien me la pasé cotorreando genial y J., que, con todo y novia, andaba de ligador.
Las lobas de la noche, ¡qué bárbaras!, qué bailes tan sensuales y prendidos. El disfraz de la noche fue el de P., se veía genial de pirata. El guapo de la noche para mi gusto fue A., uno de los ganadores del premio “A. G.”, con quien cantamos y bailamos a ritmo de Michael Jackson.
Hacia el final de la fiesta, nuestra querida anfitriona quería cenar unos tacos y jugar dominó, a lo cual nadie hizo caso pues la pila ya se nos había terminado. Al día siguiente, P., nos invitó a desayunar y fuimos al mercado de centro. Un desayuno super rico y llenador pareció que en vez de revitalizarnos, nos provocó querer dormir por el resto del día.
Pero todavía me faltaba regresar a Puebla a tiempo para asistir al estreno de Nikté que estaba programado para las 5 de la tarde. A esa hora, estaba recibiendo un mensaje a mi celular de mi buen amigo “Bigotes” preguntándome si llegaría. El autobús apenas estaba entrando a Puebla y yo tenía el corazón en la garganta pensando que no podría estar a tiempo.
Afortunadamente, el estreno empezó con mucho retraso y pude disfrutar la función junto a “Bigotes”. Después, vinieron los comentarios obligados de lo que nos había parecido la cinta. La verdad es que no nos atrevimos a dar una completa y aguda crítica (como las que nos aventábamos en el taller de guión infantil) . En cuanto a escritura de guión, me parece que la historia tiene algunos problemas.
Coincidiendo con “Bigotes”, el inicio es confuso. Además, tiene una mezcla extraña de personajes y leyendas prehispánicas: en un escenario olmeca aparecen chaneques y Xtabay. Otra cosa que noté es que no hay un desarrollo completo de personajes, no se sienten entrañables.
Le faltan gags de situaciones, pues sólo está salpicado de chistes verbales, muy viejos por cierto, aunque algunos me hicieron reír.
Nos brincó una araña que sólo aparece una vez y después se olvidan de ella. Otra cosa extraña es que de repente mezclan 3D con 2D, en algunas partes bien logrado, en otras no (como cuando aparece la araña).
Cabe señalar que cuando se maneja una heroína, resulta todo un reto lograr que los niños se identifiquen con ella. En el viaje del héroe, Nikté acepta muy fácilmente el reto de salvar a su pueblo. Xtabay, la mala de la película, extrañamente llega un momento en el que a los protagonistas les da chance de cumplir su misión. No terminé de comprender a este personaje, además de que su dibujo me brincó mucho por su estilo tipo comic, se veía muy distinto al resto.
Los que de plano me parecieron muy feos en cuanto a su diseño, fueron los chaneques, se veían muy planos, sin estilo ni gracia. En algunas escenas, noté algunos errores de proporción en cuanto a escenario-personaje. Otro momento, fue cuando les brinca un jaguar y se le ve la cara de frente, el dibujo me pareció mal hecho. Sé que es todo un reto dibujar animales y que no cualquiera logra captar la dinámica de un animal, pero en fin.
Tiene aciertos como las voces de El Tata, Alex Lora y las canciones. El personaje que más me gustó fue el del chaneque “Chin”, aunque su voz me sonó muy parecida a la de “El Chavo” (la serie animada). Otro de sus méritos es que Universal Pictures México se hizo cargo de la distribución y en el lobby del auditorio había varios stands con patrocinadores y merchandising.
Concluimos que ojalá le vaya bien con los niños que son su principal público.
Después, nos fuimos a cenar. Una vez más caímos en el Toks de angelópolis. La compañía y la plática estuvieron mejor que el platillo que pedí. “Bigotes”, enfundado en un suéter color cereza, casi todo el tiempo me preguntaba sobre cómo había estado la fiesta de G. Sonrió al ver las fotos y al escuchar mi crónica detallada. Sólo atinó a decirme que no sólo voy a fiestas, sino que me voy a otros estados en busca de la fiesta. Nos despedimos con la promesa de vernos nuevamente.
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